"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos" | SURda |
|
23-02-2023 |
Marcelo Marchese
"El radical de ayer puede convertirse en el conformista de hoy, pues así funciona el sistema desde que existe el sistema. La única manera de que esto no ocurra, es ser consciente de esta constante eterna. Se trata de vislumbrar, en cada momento, dónde está el centro de gravedad de la lucha del hombre contra el enemigo del hombre."
El sistema convierte la crítica en instrumento de dominación. No es necesario buscar ejemplos, pues no hay un sólo caso que no confirme la regla: el surrealismo fue absorbido por la publicidad, el psicoanálisis debe cuidarse de los psicoanalistas, el marxismo se convirtió en un dogma, y el cristianismo derivó en su enemigo, la Iglesia.
Cristianismo derivó en su enemigo, la Iglesia.
De igual manera, la crítica a las medidas pandémicas pasará a ser una crítica al Estado, pues se responsabilizará a la institución que se quiere destruir, como responsable de las medidas pandémicas que vinieron impulsadas desde los organismos internacionales, desde las trasnacionales y desde las agencias de noticias. Este ataque al Estado por las políticas pandémicas ya ocurre en USA de parte del gobernador de California y de Elon Musk.
Quienes enfrentaron la pandemia corren el riesgo de quedarse estancados en la crítica a la pandemia. Esto no quiere decir que no haya que hacerla, pero como la pandemia sólo es parte de una estrategia para crear terror y caos, la crítica debe considerar la pandemia, pero más que nada, debe considerar la nueva maniobra para aumentar el caos y el terror: el cambio climático.
Logrado el terror pandémico, simplemente se mantendrá con noticias, de tarde en tarde, sobre una nueva variante. La tentación de quedarse en esta crítica, es grande, pues ya hay un caudal de gente dispuesta a validar la crítica, pero el desafío es criticar lo que se impone ahora.
Quedarse sólo en la crítica pandémica, es un doble error. Primero, porque desplaza la atención sobre el terror actual: el calentamiento global y la geoingeniería, y segundo, porque evita anudar la pandemia a un plan de largo aliento cuyo objetivo es la dictadura global.
La sequía que vive el País, es la misma sequía que vive el mundo. El resultado de esta sequía es evidente: suba de precios de los alimentos y hambre. Este aumento del costo de vida, y este creciente abandono de millones de personas en la absoluta miseria, se suma al desastre que generó la elaborada guerra de Ucrania y la elaborada pandemia.
Se trata de aterrorizar, así el hombre asume una culpa ínsita por la cual destruiría el planeta y por la cual debe aceptar que necesita ser regido por una fuerza racional (científica) superior; y se trata de crear caos, pues la creación de un nuevo orden requiere la ruina del orden viejo, de igual manera que el día sucede a la noche.
El radical de ayer puede convertirse en el conformista de hoy, pues así funciona el sistema desde que existe el sistema. La única manera de que esto no ocurra, es ser consciente de esta constante eterna. Se trata de vislumbrar, en cada momento, dónde está el centro de gravedad de la lucha del hombre contra el enemigo del hombre.
Marcelo Marchese
UyPress
Copyright © 2007 SURda All rights reserved. | Portada | Opinión | Notas | Enlaces | Anteriores | Internacionales | Organización | Uruguay | Economía |